Mi imagen de mujer vistió palabras
se hizo avatar de soledad y ausencias,
desmenuzando estrellas apagadas.
Me hice mayor, versión para un invierno
y desnudé mi yo hacia el crepúsculo.
Amiga soy de gemas naturales
adivinando vida con mis runas,
anhelando los mares y bahías,
para ser de la espuma de sus playas.
De, Homero, la elegida y convidada,
fiel a Océano en su cantar sacro
Me hizo oleaje y voz que nunca apaga.
¡Quién me nombra, mujer, dulce Afrodita
y me visten y desvisten de hojas
los versos generosos que regalo!
¿Quién ofrece su concilio terreno
en la ansiosa desnudez de los cuerpos
y fecundo acecho en los poemas,
de verbo metafórico y sereno?
¡Quién nos mira desde el génesis, mi Eva!
...
Ceñida con el rayo de la luna,
hoguera sideral de los milenios;
me ofrecen el néctar de los dioses
permitiendo ser fausto de palabras.
Varón: ¿Me crees aún igual que vine
de múltiples facetas? ¡Corrígeme!
Pletórico el sentir que me define
en savia original y noble influjo,
noble y astral estirpe cimentada.
Cubierta de sentencia por las sienes
fluyen destellos de mis blancas canas
y al vértice sin nombre definido,
soy leyenda de vida sensitiva...
Versión mujer, mi realidad y alcance.
®Elisa Lattke
05
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Las ranas saben, los hombres piensan, el aire lleva, los sueños quedan; mas un silencio todo lo encierra. (Elisa Lattke-09)
¡Precioso! amiga Elisa, para quitarse el sombrero, me encantó
ResponderEliminarBesos
Tu visita alegra el bosque de la rana y los duendes se convierten en hojas de otoño. Besos y gracias, Vero.
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