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jueves, 1 de noviembre de 2012

Hibernación



Esta soledad interior siempre convence
Esta tristeza arrastra al alma.
Es inútil ver mariposas en invierno
con la tarde gris
y el espejo traidor
reflejando el futuro;
de esa misma tarde mortecina
con sus pájaros volando a la distancia.

La noche sin luna...
sin aroma de madreselvas.
Todo, amor, es adaptación.

Amé tu vuelo por los versos
y hoy no se caen sus palabras como antes
como en un ayer de aves y sus plumas...
Dónde ellas eran del verso enamorado
con el paseo al amanecer,
la cancela del jardín abierta
donde esperabas
y las violetas de noviembre
apagándose en aromas.

Yo también creo y quise ver a Dios un día
y sé que mi alma guarda su memoria,
porque aún llevo un montón de sueños deshauceados
y sé que mis alas han crecido.
Mañana serás tú quien mire un ave
remontar su vuelo a la distancia...

¡Porque tú y yo, quisimos ver a Dios un día!


A. Elisa Lattke V

2 comentarios:

  1. Preciosos versos para reflexionar un poco sobre ellos y sobre uno mismo.
    Un abrazo Elisa.

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  2. A. Elisa Lattke Valencia lunes, febrero 08, 2021
    Me has hecho recordar hoy, este poema sobre el tema que dejas en Tercetos en Face.
    Voy a darle un repaso y a lo mejor lo dejo por ahí.
    Gracias infinitas siempre y que la salud y tu sonrisa sean el mejor impulso espiritual que colabora siempre. El resto- siempre será si quiere Dios favorecer los deseos o necesidades.
    A veces toda prueba vivencial por dura que la creamos, es mejor pensar que se nos está haciendo un gran favor, pues todo nos sirve para aprender con dureza el vivir; si no fuese así no reflexionaríamos ante lo que frena y por lo tanto duele. Pues no parece que cambie por más que lo deseamos. Mejor esto que lo drástico que nos fulmina antes de tiempo espiritualmente o nos anula en lo físico. Acordémonos de esa frase:
    "Todo pasa por algo" ...
    Y es que somos tan sólo pasajeros de nuestro propio destino, lo trazamos así, pero no dueños seguros de cuánto acontece en el camino de vuelta. Está visto, que lo resolveremos nosotros mismos, por más vueltas que hagamos en este lugar. La ira hacia los elementos frenan cuando no tienen salida a nuestro gusto. Si, es como lo digo. Es que nos ciega y sirve tan sólo de trampa del inmovilismo espiritual o de impedimentos físicos, pues enfermamos por culpa de lo inesperado.
    Es mejor hablar claro una vez y dejar las pruebas de ello y seguir nuestro camino.
    Arrieros somos todos, incluso en la era digital, hay quien va en burro o a caballo y quién se contenta con ir a pie.
    Un cordial saludo, Amigo Poeta.💙

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