Pensaba

Pensaba en el ayer

pero hoy ya es ya mañana...

Creí hallar el infinito en una estrella errante

mas el mal aguardaba con lo siempre en otro oleaje.

Perseverante ante mi sumisión humana

aguanté como siempre tempestades

sin saber qué pasaba.

Por eso me gusta la redondez de los astros

con su mirada perdida en la distancia

y no será menos en la Tierra mirando a su satélite,

siempre preguntándose lo que ignora de la Vida.

Hacía mucho que no caminaba a gusto

ni esperaba dormirme por cansancio,

después de ver una vieja película 

tan antigua como yo...
"El mago de Oz".

Me ha congraciado un sirimiri de niebla  

mirando como empapaba las hojas de otoño, 

y como se escondía un gato bajo los setos 

maullando hambriento.
Le di mi última chocolatina.

A las estrellas las recordaran siempre

a mí nunca, -lo sabes- no soy más que... Yo.
¡Por eso doy las gracias y te bendigo!

Me alegro que ellas no distingan a las ranas que saben.
¡Están muy lejos de reflejarse en una charca mental!

No quiero debates, exponer mi piel o peor, el alma,
empeñar mis palabras a la ira de Dios

por permitir que aflore el maldito ego que aborrezco

del que me aparto. Es todo tuyo.
Soy mayor, temo más a mis semejantes 

y sobro en un certamen de sueños de neón
pero no en 'la masa del día a día' donde otros crecen.
Allí nadie sobra ni tampoco se echa de menos...
El yoyo confunde y anula.

Cosas de los exegetas, cuestión de memoria.

No place ganarse la sinrazón de un universo

y permanecer en silencio asintiendo todo

para no contrariar mis ventajas por haber vivido;

me basta una luna reflejada en mi charca

y a unos cuantos grillos acompañar mi croo,

¡además, para qué más mariposas azules dentro de mi vida

si llevo dos de ámbar dentro de mis pupilas!
¡Qué sabes tú!

Nadie pasa para nada por este mundo. Sólo se olvida.
Y sí algo pedí, mi naturaleza lo devolvió con creces

enfermando de quien no esperaba hiciera tanto daño.
-¿Será verdad eso de que los poetas se odian?-
¡Yo nunca haría tal cosa!,
porque las palabras son de todos manoseadas,
la originalidad de sus versos en los poemas son de cada autor.

Siempre es inconfundible el regalo de un latido hacia el sepulcro
pero mejor es guardar la piedra que colocarás tú en el mismo...

Si has mellado sin contemplaciones el espíritu de los justos
sin más explicaciones que una puerta cerrada.  

Es porque se olvida la edad de quien ya viajó desde un útero.

Elisa en: "Salambó"

 No pesa la mochila del sembrador, sólo pesa repetir el tiempo si no germinan sus semillas.*
(Salambó- Año de Esperanzas.)