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domingo, 15 de diciembre de 2013

Un paseo astral...


...

Ahora cuando no estoy en mí, camino hacia la ciudad interior, a la ciudad de mis sueños enredándome por sus calles, pasajes y travesías; entreteniéndome con los gatos callejeros que miran desde los tejados y la luna entre las nieblas.

La noche llora fuera de los muros que cobijan a las gentes y algunos viandantes me saludan al pasar. Quizás crean conocerme porque alguna me mira y se da cuenta que me conoce pero no recuerda dónde me ha visto... ¡ah, ah, ...y muchas veces estuve allí en otra carcasa de otra piel, quizá sea yo que me crea que fue verdad y por eso me miran como si fuese una forastera, pero estuve! Sin embargo creo que sólo soy yo quien me sé deambulando por las gélidas calles del invierno en mi ciudad retrospectiva, la de los recuerdos del tiempo ido. Me arrimo a un escaparte que ofrece flores..., sus bellas flores, veo anturios, gladíolos, rosas, orquídeas y hortensias de invierno..., ¡pero no me veo en sus transparentes cristales! Soy alma con corazón de ciudad que deambula por sus recuerdos.

Otra pareja de enamorados pasa y me sonríe. Es posible que me lo figure porque es a mí a quien sonríen pero los enamorados sonríen a todo y creo que me ven, pues por viajar mi espíritu nadie tiene porqué percatarse que soy tangible como ellos, o me tomen en cuenta como una visión más que parece que es o soy sólo de una una exhalación por milagro, ¡no existo para ellos! Soy fruto de su imaginación por exponer la química de mi cuerpo a esa experiencia.

La lluvia tiene voz en esos fenómenos que caminan como yo y se asume en la como si fueran ciertos porque son los que con ellos se empapa la vida; y por las calles se burla la lluvia de las hojas que se resisten a caer aún pegadas a las ramas de los árboles y mañana todas estarán sobre el suelo, su ciclo termina Absorto un grillo deja su cric para saltar fuera del alcance de mis pasos...¡Me ha sentido!...Los animales sí que tienen sentido.

Quiero hallar un lugar, un lugar que sé y conozco... Saber cómo puedo elevarme hasta las terrazas de los edificios es fácil en este estado, saltar verjas, penetrar los muros, contemplarlo todo y sentir el vértigo de la ciudad a mis pies, su soledad, el silencio interrumpido por los vehículos o algunas voces con el fantasma de mi sombra haciéndome compañía en el silencio. La noche tiembla en la oscuridad de las esquinas y teme verme y se esconde corriendo por una calle vacía...

Sigo mirando la vida nocturna desde mi perspectiva iluminada por las farolas de la calle. Sé que he llegado a ese punto donde puedo hacerlo todo... tirarme desde esa altura si es preciso...Atravesar los muros con el pensamiento pero sé que soy yo con mi ser de cuerpo espiritual sin el físico que duerme, su lastre; es una leve realidad que no se nota, solo estoy en algún lugar conmigo y su parte química que he conseguido dominar y llevar donde quiero mientras duerme mi yo físico plácidamente, el que anima a mi "yo" de experiencias materiales en este mundo.
Algún perro ha notado mi presencia y empieza a ladrar, mira hacia a lo alto del edificio donde me hallo. Permanezco sentada en un saliente y miro dentro de los muros a los que duermen sin atreverme a hacer lo que pensaba. Sé que me espera el duende sin nombre que juega con las sombras, que puedo ser una gárgola en un tejado que puede echarse a volar en cualquier momento, pero la noche me atrae a los tejados de la ciudad que amo y sé que la luna lo sabe. siempre lo ha sabido y conoce ese sortilegio.

El cielo se ha derramado lo suficiente y empieza a escampar. En algún lugar de esa ciudad hay un corazón que palpita mucho más que otros y apenas duerme pero siente que alguien arrulla con poemas que dice no leer.

¡Cuerpo mío, he vuelto, déjame estar de nuevo dentro de ti y sentir que la vida, mi vida, también palpita mientras llegan las luces del alba y estás vivo, vengo muy cansada!... Aún siento la humedad del agua y el olor a lluvia mientras busco el calor de mi propia existencia, me empapé de sueños. Quizá mañana me atreva a traspasar los muros y se diluya la luz de la luna ante mis ojos.


A. Elisa Lattke V.

2 comentarios:

  1. Hermoso paseo en esta nueva faceta tuya que no conocía. Ha quedado muy bonito. Te felicito.
    Un abrazo.

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  2. A veces nos puede pasar esto. Necesita práctica y control. Cuando aprendes Yoga puedes conseguirlo. Es muy interesante la relajación
    previa y ayuda a ver la realidad física y lo que nos anima. el espíritu, de otra manera. Es delicado si no se sabe bien para qué utilizarlo. Debe ser en plan muy positivo. Pero también, como en mi caso es algo natural. También fue un legado por parte de mi abuela materna. Libera de muchas tensiones darte un paseo por ahí...
    Gracias Rafa.

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