Dios es la parte de todos

Una Navidad más
con su encanto de luces,
sosteniendo la sed y el hambre de Amor
y su misterio familiar en una estrella de falso simbolismo;
donde se evapora lo que fue de lo que fuimos
con toda su esencia,
por recordar otras más.
“Nada es lo mismo sin los que no están”...

Y, en la trama sutil que enlaza lo del mundo,
se nos va quemando la carne en el fuego de la vida,
porque somos del sacrificio...¡El cordero asado!
Nos hacemos portadores del brillo exterior,
pero somos del corazón de todos
los seres con el mismo destino.
Y cuanto más avanzas en edad,
más cuesta seguir siendo y, casi sin ser,
eres parte de la misma cabalgata de los Reyes Magos

Carroza desfilando sin regalos,
miras sin ilusión porque ya no eres parte,
pero aún se sigue ‘buscando golosinas’ por este mundo,
“y siempre se las llevan los niños más listos”.
Estás como una caja vacía envuelta en papel brillante,
un adorno más
que se guarda en otra más grande
para cada año,
junto a bolitas de cristal, festones y guirnaldas.

Lo bueno de lo que entristece por Navidad,
es que a todos nos puede pertenecer lo que se piensa,
aunque sea tuya una parte,
¡Dios está en la de !a de todos!

alattkeva