Ves, aquí se comprenden esas rosas,
una silla, la mesa, y un suspiro;
el color de los sueños, dando un giro
y dos almas queriendo tantas cosas.
Pero, a veces, se piensan las ociosas
y la bella del ser, del que me inspiro;
no se aplica en aquello donde miro,
por andar por borrascas belicosas.
Esto pasa a la luna en maridaje,
caminando añoranzas entre nubes
y, llorona, se encuentra con su amante,
¡ese sol de justicia, sin blindaje,
que la pone feliz ante querubes;
y la deja preñada y fascinante!
A. Elisa Lattke V. en: "Ranita Azul"
Bonitos versos, en este soneto, para una imagen que lo dice todo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajajaja, me gustaría ver qué cara pone esa luna,
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Eres un sol de amigo.😘