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miércoles, 2 de febrero de 2011

(3) Del Árbol interior.


Hoy, no tengo valor para sentirme o ser yo misma con todas las consecuencias.
A veces cae todo de golpe todo sobre mi charca como si mi árbol fuese zarandeado y una rama le da por no aguantar la embestida del viento, ¡cuando sirvió de nido a cuclillos, mochuelos, arrendajos y sobre todo, 'pardillos'... 


No valen elegantes eufemismos pues con rabia se deben decir las cosas tal como son y sentimos. Es la vida y ella está allí para darnos lecciones cada día y, a veces, cuando menos lo esperas. Y miramos desde 'la charca mental' alrededor del bosque de las ideas propias, donde se yergue nuestro ‘árbol corazón’;  huele el monte a tiempos idos pero es la vida y sólo ella y es la propia  en este caso la que se ha hartado de los malos vientos, los que traen sus desventajas inesperadas. Porque ahora sé que ha pasado muy rápido ante lo que nos agita y despierta sin abrir los ojos en esas otras circunstancias ajenas. Y cuando algo cae de su peso, que no aún la papada o la arruga,  se siente que se rebosa la charca por la gravedad y el espacio se agita, el limo no deja ver lo que está encima o debajo y se protegen lejos otros seres del mismo bosque, que necesitaban exactamente estar como estaban o mejor, pero no es así, porque sabemos que sí tenemos muchos años sumergido en el bienestar que propone el alma del bosque, optando por la supervivencia de su bello entorno contra viento y marea aunque se siga estando donde se debe de estar, ¡enraizada y sosteniendo el tronco y sus ramas. 
 ¡Nadie se arrepiente de tanto positivo! Pero no me gusta que me zarandeen el árbol a mis años y no se reconozca que el uso dado a la rama... El peso, los malos vientos de su expuesta realidad y olvidar que el resto de lo demás era parte fundamental de su supervivencia para presumir de estar estupendamente cuando no lo era, ¡aguantado apuntalada!



 Lo bueno de ser viejo o ancianos es que llevamos razón. Porque el tiempo nos oxida pero no es siempre el que nos mata; apenas nos damos cuenta que el puñetero se ha largado de nuestro lado, que no hay queja que valga cuando no está dejándonos sin su tersura, pero a cambio todo un cargamento de experiencias, ¡y es poco el espacio para guardar tanto chéchere de mierda que no nos llevaremos a la otra vida!


 La vejez no es que sea mala pero si es saludable y espléndida, según la veas o la cuides, es cruel que nos la recuerden los más jóvenes. Que nos digan en ocasiones cuando pasas de los sesenta: “…recuerda que eres una anciana..." o, "una señora mayor" por aquello de sentirme vital y no dar muestras aparentemente de sentirme 'vieja' y menos dependiente de la farmacia o del bisturí; no,  no lo vamos a ocultar, lo somos pero hay quien nos lo recuerda con recochineo por si acaso… Pero no se pasa por alto que a cierta edad aunque no se note lo somos, aunque muchos olviden que pasarán por las mismas huellas ¡y hacia atrás que es lo jodido, cuando el tiempo se va de forma demoledora sin dar más tiempo que a disimular la papada con un lindo pañuelo de seda! Y no todos mantienen el mismo equilibrio o lo aguantan con dignidad si la genética encima, falla. Para qué darle importancia a la piel -me pregunto- si es capaz de aguantarlo todo, ¡hasta otro estirón para sentirse artificialmente joven y fardar de las rebajas, porque también así, viejos, se está en tiempo de crisis! 


De la piel también se encarga el esqueleto otro rato más para llevarlo a cuestas, es su traje y ya ni le importa que vaya arrugado y no tiene otro  mientras pasa la resaca del vivir, pero se trata de llevarlo a cuestas con su dignidad aunque se arriesgue al remiendo de bisturí con la sonrisa congelada. Coquetería que no dice nada de lo que si se oxida detrás y dentro de las apariencias, sin los ágiles andares de antaño que se dejan notar en la estructura ósea temblona, el gesto, las cuencas de los ojos donde afluyen los ríos por ser parte de la lágrima o de otras penas; hay pecas en las manos, lunares en el rostro, ‘fruncidos’ inevitables circundan la boca y los ojos… ¡Menudo poema para las vísperas, ja! Son tantos los detalles que el bisturí o los rellenos no pueden solucionar más que la carcasa exterior y poco más o menos algunos nutrientes para engañar el tiempo, pero peor lo tiene el cuerpo cuando las neuronas también fallan...
 ¡Sí, jodida es la existencia pero nadie aprende más que en carne propia! Así que ese poquito de nada que nos queda no nos la dejan tranquila.


Aquí se trata de ser coherentes por ser parte de la Vida y en la propia hacer espacio, sentarse a mirar dentro de nosotros mismos para ver los alrededores y lo que hay  también más allá del bosque; como a los que se largan por el camino y ya no veremos más… Y, esos otros que se atreven a hacer de Tarzán y hablarle a 'su mona Chita'... columpiándose en nuestros sentimientos a modo de lianas sin importarles que su peso nos escora. 


Hay quien es capaz, como yo, de estar allí dentro sentada y ponerse a mirar a los que agitan el tronco de su árbol o el ajeno, a los que se han hartado de sus frutos y del de otros, pero también de los que los pisotean; a los que se cargaron la rama pero se la dejan al bosque porque están más cómodos y siguen gorjeando como si tal cosa, con tal de que sirva de 'palo de gallinero' mientras pasa el amor que decían tener; a esos cobardes que apenas asoman las narices allí donde antes se asomaban desnudos para 'echar su cana al aire'; a los que mienten por cada diente pero disfrazan las verdades hasta que ellas se les acortan las patas; a los que se protegen y se amparan tras otros troncos escurriendo sus vergüenzas o el bulto de responsabilidades, pero defecan por ahí o dejan que otros lo hagan… A los que se suben por las ramas cuando antes los troncos les auparon a ellas para enseñarles su futuro, cuando crecieran al cielo... Y, esos otros  que intentan convencer para que pienses otra cosa y la aseveran con toda la cara, aún viéndose rotos, sumergidos y jodidos pero dan alegrías a los pajarracos ofreciéndoles sus dádivas hasta pudrirse del todo.  


Están los que convencen a aquellos que nos convencen como valor de segunda mano, pero son unos, alcahuetes, porque despistan para aprovecharse de los sentimientos… (Las versiones de segunda siempre son un peligro). 


Están, los que se protegen después de haber lanzado sus primeras piedras contra las virtudes que se defendían de las locuras, o han desposeído a los "Derechos Humanos de su nobleza, acomodándolos a su ideario de valores para andar por su casa, y no la de todos los seres de buena voluntad por tener corazón y ser de una sola pieza, responsables ante sus malas acciones; porque son las que de alguna manera someten a los más pendejos con aquello de "la experiencia” (su experiencia) y “porque lo sé y es así" y "el tú que sabes...", para poder sentirse mejor al transmitir su cuento y que cuele con su dominante labia. Dialéctica de mitín. Hacen creer que hay que construir un búnker alrededor de un mal sueño, el de los errores por lo que no se hizo o no hicieron desde un comienzo y les falló. Están los que piensan por otros sin consultarles disparando el fuego de sus opiniones a mansalva antes de tiempo, allí me puedo contar por escuchar al ‘consejero’; dañando un bello resultado que pudo sentir el verdadero equilibrio que da el amor con el debido respeto. Pero están los más inteligentes, esos críticos audaces y los azuzadores que tienen el cuerpo enjabonado y se les escurren las manos por la cucaña de la responsabilidad, con un “no fui, y a mí que me cuentas”... Pero nos dejan 'el premio' allí en lo alto...


 Tendremos que creemos o nos creemos todo y así actuamos pero no escuchamos al Amor. Pero no el que dice educar, el que amenaza, el que pone el dedo en el ojo, el que patea alrededor, el que hace que otros alcen la voz y el se oculta entre sus monólogos sordos para pasar por buena persona, el que lleva a lo que dice amar a que tenga que vivir artificialmente para aprender a sentirse bien y luego lo señala "porque es quien está enfermo o loco" y, hasta de ese puto consejero que le lleva a hacerse dependiente de cualquier mierda que le sirve para sentirse mejor ante su absurda realidad y seguir vivo, sin saber si quiere o no , sin saber si es eso  amor lo que le dan adulterado, pero le repiten que lo es y se lo estimulan con  cosillas de alegrías y de generosidades miserables, para aprovecharse de la belleza que se le puede escapar de las manos; pero eso sí, a vivir como todo dios con ideologías marxistas y a criticar a los contrarios que no piensan igual. Sólo teorías pero a zampar y entre copa y copa de buen vino se comenta... "que  las miserias del mundo es cosa de las naciones ricas...". 


¿Dónde están quienes  hablan de el Amor sin haberlo mancillado u humillado y dicen dignificarlo, cuando sólo quieren salvar su imagen para disfrazarlo de bondad o  generosidad bien estudiada?... ¿Debemos rendir pleitesía a estos locos infelices por ello o creernos que si lo hacemos es porque se lo merecen quienes lo sufrimos? ¡No, se equivocaron y nos cuentan el cuento de otra forma habiendo desvirtuado el valor de lo dado en su momento! ¿Pero lo entenderán?
 ¡No! Porque siguen insistiendo a ver si hay algún residuo que les dé una nueva oportunidad y les haga sentir de nuevo recompensados por tanto tiempo gastado  e insistencia, sin tomar en cuenta tanta vileza dada o humillación,  ¡y a sus resultados debemos  remitirnos! ¡Menuda cara para salvaguardar la imagen dando esto u lo otro para tapar la mierda y que hallan quien se lo crea y siga creyendo y dando confianza! Por mí, si no es como debe ser y las razones lógicas lo hacen ver, no me harán cambiar mi posición, ni menos mis valores.
...
Desde donde me siento a meditar hago mi reflexión mirando alrededor del bosque,  se lo que provoca un incendio moral en el mismo. Pero eso sí, las alimañas andan rápido para salir pitando del peligro ¡y allá que le den a 'la fauna y la flora' y se las apañe!


 Dónde esos que luchan en diferentes frentes por su ideal de libertades, pero no saben que hay otras formas de encerrar a los seres humanos en su ideas, para que miren su mundo y no el mundo que a ellos les interesa que vean y valoren porque sólo así salen favorecidos. Precisamente para que no se sientan fracasados por no ser mejores seres humanos, porque no lo son los hipócritas y falsos ante el resto de los que no tenían pajolera idea de quiénes eran y sólo reconocen lo que no pueden negar porque fue visto. 


Dónde el arrepentimiento formal y el reconocimiento de lo que se llevaron sano a su realidad y nos lo devuelven cambiado, convertido en enemigo más que amigo. Por no saber o no querer y hasta porque no supieron administrar sus propias ideas inculcándoles su ideario político, su moral hecha para su medida, pero jamás los verdaderos  pensamientos que nos hacen verdaderos humanos sensatos y solidarios, por practicar valores puestos en práctica y no los suyos... los que sirven para doblegar voluntades haciendo creer que sí lo son a esos pobres y tibios, poco enterados de estar al tanto de su ignorancia por eso siguen engañando; valores que dicen defender mientras otros son los que se inmolan, ¡pero son los ejemplos que ponen sin mojarse su culo! ¿Dónde están esos canallas que no dejaron crecer a sus víctimas del desamor y su desequilibrio, esa partida de locos que sirven a la enseñanza de otros que desconocen el daño que les hacen.
¿Y esa partida de sinvergüenzas machistas, canallas que sólo desean exhibir a "su amada" como un lindo trofeo, dándose 'el lote', pero siguen queriendo ser favorecidos para servirse del resto que aún les es útil empeñando sus vida de nuevo a sus necesidades?
...
Frente al bosque o en medio del mismo, estoy y sigo observando a la rama caída... Y, allí dentro sentados podemos observar muchas cosas, aún no participando en ese carnaval de inquietudes ajenas a las propias ideas, al ruido despiadado o cruel que señala la desolada  realidad de otro tiempo que lo mira, señalando a quien menos culpa tiene y con algún cuclillo defecando fuera del nido tan a gusto con su sonrisilla de siempre..., sobre todo cuando va echando al débil pajarillo del mismo nido pero tomando el relevo zampón para engañar a la madre a que le alimente sus ideas.


Pobre realidad que fue de su futuro y se lo creyó mejor y lleno de  aquello que no pudo lograr o conseguir abrazar a tiempo, no conociendo el verdadero Amor, desperdiciado para nada pero con las nadas de esos otros llenas de sus problemas sobre sus hombros, depositado en peso para que se crea culpable de lo que cree que le adjudican, poniéndole alas a su responsabilidad moral que se dejó en sus manos, pero prefieren echar a volar la misma como vencejos; porque hay que tener poesía para imaginar la vida de otra forma y que sean las palabras las que  tengan sus apéndices y fuerza para que puedan posarse en las ramas, aunque el árbol se sostenga con la fe en Dios, les guste  o no. Aunque pesa también escuchar en la rama el canto bronco de la desesperanza o el de la comodidad mental que no sabe cómo y de qué forma ir utilizando sus alas, porque son dependientes de otras ideas que no puede aún resolver. Lo saben y nos mienten quejándose de sus muñones cortados a destiempo y comparándolos..., pero, si creen 'al de la tijera' intentando cómo ejercer de nuevo su afición de podador al estilo moderno porque tiene una de oro en un estuche de terciopelo. 


Se va por estos vericuetos del destino defendiendo lo material y lo espiritual, ajustando principios como si se trataran de un cinto al cuerpo, como si fuese un 'cinturón de castidad', ¡como está mandado carajo! Porque, ¡para qué se tienen los valores! Intentamos corregir situaciones, resolver realidades dar ejemplos con pautas de conducta equilibrada y responsable, pero arruinando nuestros propios sueños para que en otros se hagan realidad; y dentro de otras posibilidades que sean propicias para poder apaciguar los ánimos con ese vicio de sonreír cuando creemos morirnos de asco, desesperanza y hasta de ira por no retorcer  algún cuello a más de uno... 
Porque, para que se entienda de qué va el amor, hay que practicar renuncias y vivirlas, no acostándose con el siempre que apetece porque se cree que es amor, claro, pero  también ese mal consejero disfrazado de amor ‘embaraza el tiempo propio’ ... , ¡el es el pero responsable de esa mala suerte y resultado! ; y el camino para llegar al Amor real que no es fácil  aunque tenga atajos, despeñaderos peligrosos, veredas y ladrones de felicidad dispuestos a pelearse por un cuerpo, que no el alma del que se entrega porque, hasta  también 'se la pulen' sin protegerla como si ella formara parte de su saqueo al mismo corazón de cualquier incauto/a. Cuerpos sólo que pretenden amar pero hay que explotarlos  todo lo posible mientras se tienen cerca y sin ninguna consideración. ¿Cómo ser tan imbéciles de no diferenciar el amor del egoísmo, del interés y la bondad o la ternura? 


Así que a estas alturas de la vida observar alrededor, me ayuda a sentir para saber pensar y por lo tanto enseñar a vivir; y sólo nos queda un puñado de ideas como semillas a nosotros los "ancianos", para sembrar de primavera las cunetas de esos caminos antes de que pase el invierno, sólo por saber que algunas flores -como dicen- les alegrarán sus pasos a los más jóvenes encaminados a otras ilusiones, más conscientes de su verdadera libertad y de lo que esperan conocer como amor, sin  empeñar su futuro y ser unos eternos desgraciados.


No sé si esta edad mía es ya la de la verdad o la de vísperas de su final, pero me siento más veces triste y cansada que feliz o esperanzada, cuando el dilema es el argumento que se cambia o vuelve a señalar la corriente del río donde se pierde el yo donde aún cree que puede alcanzar el mar y su zenit, resultando que ya allí le queda es otro trecho más inalcanzable. Pero una que es creyente y se acompaña de buenas compañías resulta que se junta con  "dos Cristos dándose azotes"; pero sé de esos estados interiores en que se deposita el hielo y su deshielo con sus inundaciones, sometiéndonos a la ira natural de tanto desbordamiento ajeno y propio, aunque estemos advertidos, se sigue inmolando la realidad individual de muchos seres por un sentimiento llamado Amor, rompiendo ataduras, dando la vida si es preciso o exponiéndola, a lo que nunca sabemos que pueda suceder por ser tan intrépidos desafiando a otros con otras decisiones, pero  siendo tan pendejos por defender a aquél que no daba la talla para el amor; y si se tiene la hacienda también y no a cambio de la misma obtener la recompensa, pero con nuestra poquedad descontrolada en el caos, nos tenemos a nosotros mismos y esa es la verdad, cambiamos muchas cosas que pudieron ser buenas para lo material pero no así lo que verdaderamente nos lleva a toda determinación, cuando se trata del verdadero goce del amor basado en: el respeto, el reposo, el equilibrio en provecho u honor de alguien que decía amarnos. Pero somos tan estúpidos que nos callamos el mismo deseo alrededor del sentimiento. 


Y, el amor que se decía tener se cansa de esperas, se inventa sus propios espantos o los procura, porque enmudece el buen sentido o falla la madurez de las ideas que deseaban ser, no sólo pacientes y sí recíprocas e indulgentes. Porque para el amor que no sabe amar o nunca lo sabrá hacer hay siempre espantos por lo motivos que sean, recelos y desventajas para señalar a quien cree que no le ama cuando las cosas le salen mal, o no se comprenden en el otro que también las sufre por eso mismo, el callarse a destiempo lo que se pudo decir en su momento. 
Cuando las sombras son las que atacan la verdad o las dudas son adivinaciones en la lejanía u otras carencias y desventajas, las que sitian el muro con los silencios y las reflexiones sensatas acabando con lo poco grato y bueno de la existencia: percibir la belleza. Amar.



 Hay siempre palabras de un razonar descontrolado que como hordas  arrasan la triste condición  del más sacrificado y  débil, cuando se tiene lo que se tiene y se cree que por tenerlo ya se tiene todo, pero no así la  química del verdadero sentimiento en lo que somos. 
Por eso hoy no me gusta estar donde estoy para seguir brindándome un instante de cordura, sé que esto pasa y que en caliente también se desbordan los renglones de letras y palabras, sobre las ganas que tengo de parir mi rabia sobre el soporte en blanco, pero sigo deseando retorcer algún pescuezo... Cuando veo  alrededor de esos otros que amo... ¡y no sé qué daría por no tener tan adentro ese dolor que somos!



No todos sabemos o se sabe que las palabras son un gesto más de la memoria, que ellas nos revelan  el tránsito del alma, los caminos, la simultaneidad de saber por haber sentido y sido y que se fue de las presencias. Que, acosan otras vidas paralelas desde su tiempo original cuando el festival del alma propia se halla en la Luz y una quien lo expresa es mujer y madre, que ya no tiene muchas ganas de sombras y menos de acompañarlas en su ritual de dolor, pero es lo que hay  para todo ser humano y a ellas me abrazo con mi fogaril encendido mientras creo  saber del camino... Pero no así de quien se engaña o ha engañado y de aquél que  también sacó su ganancia malmetiendo y se lo endosa a otros,  esperando que sus conjeturas le salgan  como las había pensado, pero sigue diciendo que ama cuando es feliz de los malos resultados.


Siento que mi ternura haya sido voraz  por defender valores y por temer por lo contrario, porque desde mi  árbol aún erguido no me ando por las ramas y si me subo a su copa para ver la claridad del horizonte. Pero es bueno que así de dura sea la vida para entendernos y entender, pero no que crean que todo lo dicho es así ni todo lo guardado no será disponible para su mañana. La veracidad es como un terreno donde se edifica el futuro y si no se construye sobre la dureza de la piedra y lejos de las cuencas fluviales y de los montes yermos, estaremos esperando que la naturaleza fiel a sus fenómenos de acomodamiento se lleve lo bueno por delante. Siento que a veces necesito que mi vida de suaves brizas y pertinaces lloviznas termine en un torrencial aguacero, pero se ahoga quien no sabe agarrarse bien a su rama para que sostengan los de siempre, su tronco, el de su propio árbol que es tan dueño de su espíritu como de su materia aunque esté en el mismo bosque y se levante sobre sus propias raíces, pues a todos nos alimenta la misma lluvia y el mismo aire se respira.


Hoy, en 'mi charca mental' he sentido como caía una tromba de hojarasca de todas mis estaciones, cuando aún espero en una de ellas; eso sí, con el amor colgado de un palo como siempre y sobre el hombro... ¡A este paso ni de bastón sirve! ¡Pero una sola hoja de mi árbol me ha dicho cuánto amaba para desprenderse del todo, del que antes no le servía de sostén material y dejarse caer angustiada sobre mi charca. Era yo parte aún de su realidad espiritual pero tangible, aún  estoy y observo!


Elisa
Feb/1/2011

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