Jugando con el futuro simple o futuro, en este soneto.
Deja que tome asiento y me prepare
y me sientas, si aún estás despierto;
pues prefiero ser yo, no tú, el muerto;
porque está bien servir a quien amare.
Y, como algo especial, así pensare
por la gloria de Dios y nuestro huerto,
si al sembrar prefirió un buen injerto
para darlo a su tiempo, si brotare.
Porque así se preparan muchas cosas
y la tierra consigue su escogida,
floreciendo la vida entre las rosas.
¡Qué me dices a mí, la más querida,
la de greda firme y por valiosa,
fui vehemente razón, la más florida.
No es una despedida.
Cuando estás en el mundo se confía
en morir por amor y cada día.
A, Elisa Lattke V.
Bonito ejercicio el desplegado en estos versos.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.